Qué características de la escultura ibera representa
La integración de la escultura en la arquitectura es notable. Imaginar las esculturas en sus colores originales transforma nuestra percepción. Allí, las imágenes cumplían funciones religiosas y conmemorativas. La escultura ibera, a menudo realizada en piedra caliza, destaca por su hieratismo y frontalidad.
Se observa una búsqueda de la belleza y la armonía en las proporciones. A menudo se encontraban como exvotos en santuarios. La distribución geográfica de la escultura ibera se concentra en el sur y levante de la Península Ibérica.
El uso de la policromía, aunque hoy perdida en gran medida, era esencial en la escultura ibera. Esta abstracción no implica falta de habilidad, sino una elección estética consciente. El tamaño de las esculturas iberas varía considerablemente, desde pequeñas figuras votivas hasta monumentales representaciones.
La meticulosa decoración es una característica distintiva, mostrando gran habilidad técnica. Esta práctica revela un profundo conocimiento de los pigmentos y su aplicación. Busca la representación de la esencia, más que la copia fiel.
La escultura ibera no se limita a la representación de figuras humanas o animales. Los santuarios iberos eran espacios clave para la exhibición de estas esculturas. Esta área corresponde al territorio ocupado por las diferentes tribus iberas.
Las esculturas ibéricas nos proporcionan valiosa información sobre la sociedad y la cultura de este pueblo. Sus rasgos faciales, aunque esquemáticos, suelen ser muy expresivos. El tamaño, por lo tanto, estaba relacionado con el propósito.
Estos adornos, finamente detallados, reflejan la riqueza y estatus de la persona representada.
El resultado es una síntesis única y original. Sin embargo, esta influencia se adapta a la sensibilidad y tradiciones locales.