Caracteristicas del estilo herreriano en el renacimiento
La austeridad decorativa define el herreriano, prefiriendo líneas rectas y superficies lisas. Su sobriedad y funcionalidad lo hicieron adaptable a diferentes contextos. Adapta los ideales clásicos a la idiosincrasia y los recursos locales. La pizarra contrasta con el granito, creando una paleta de colores austera y elegante.
La arquitectura se convierte en un reflejo del poder real y la disciplina. El herreriano se considera un estilo propio del Renacimiento español, diferenciándose del italiano. Las cubiertas suelen ser de pizarra, contribuyendo a la sensación de sobriedad y solidez. Marca una etapa importante en la historia de la arquitectura.
El estilo herreriano representa una transición entre el Renacimiento y el Barroco. Su austeridad y rigor lo distinguen de otros estilos de la época. Su influencia se extendió a la arquitectura colonial, dejando un legado importante. Sus edificios transmiten una sensación de fortaleza y durabilidad, reflejando la ambición imperial española.
Es un símbolo de la arquitectura imperial. La simetría axial es fundamental en la planificación de edificios herrerianos. El herreriano rechaza la exuberancia decorativa del plateresco, enfocándose en la pureza de las líneas. Representa el poder de la monarquía española y su conexión con la religión.
Las formas geométricas predominan, reforzando la sensación de orden y control. La funcionalidad se une a la estética. Las ventanas suelen ser pequeñas y regulares, controlando la luz y creando espacios introspectivos. La luz se controla para crear ambientes sobrios.
Se busca la armonía entre la forma y el material. Los vanos, como puertas y ventanas, se caracterizan por su sencillez y regularidad. El Monasterio de El Escorial, obra cumbre del herreriano, sintetiza sus características.