Objetivos específicos de las emociones

Nos impulsa a creer en un futuro mejor y a seguir adelante. La esperanza es un faro en tiempos difíciles. Puede ser una fuente de inspiración, aunque también de resentimiento. Fomenta la empatía y la consideración por los demás. Nos motiva a esforzarnos para alcanzar nuestras metas y aspiraciones.

El amor es un pilar fundamental para la felicidad y el bienestar. Nos motiva a buscar el perdón y a enmendar nuestros errores. La envidia nos señala aquello que deseamos y no tenemos.

La esperanza nos ayuda a mantener la motivación ante la adversidad. La ira, bien gestionada, puede ser una fuerza para el cambio social. Su objetivo es movilizarnos para corregir situaciones que consideramos inaceptables. El orgullo surge ante un logro personal o colectivo. La culpa es un motor para la mejora personal y la justicia.

Nos impulsa a cuidar, proteger y apoyar a aquellos que amamos. Nos impulsa a evaluar riesgos y a actuar con precaución. La ira surge ante la injusticia y la frustración. Nos impulsa a mejorar nuestro comportamiento y a evitar futuras ofensas. Nos motiva a seguir esforzándonos y superándonos.

Fomenta la resiliencia y la perseverancia. Nos impulsa a evitar aquello que consideramos contaminante o repugnante. La alegría nos impulsa a buscar la conexión y la reciprocidad. Nos prepara para aprender y adaptarnos a nuevas situaciones.